Sunday, February 3, 2019

Ceñid@ (04/02/2019)

Juan 13:14: "Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros."

Siempre he sabido que tenía algunos talentos, no lo digo en un aspecto pretencioso. Así mismo sé que todo el mundo tiene más talentos de los que conoce, pero yo era consciente de que pensaba rápido, que se me daban bien algunas cosas relacionadas con las personas. Pero por eso que se me daban bien, mi mente creó la imagen de que no merecía empezar como los demás desde abajo. Yo merecía estar en dónde la diversión se daba, en los lugares de importancia, en la universidad, en los trabajos, y cuando me convertí, en la iglesia.

Al fin y al cabo a nadie le gusta tener que limpiar, recoger, ser el primero en llegar y el último en irse. A nadie le gusta encargarse de las tareas duras, difíciles, asquerosas o poco agradecidas. Pero aprendí algo con el tiempo, aunque parezca que no, los jefes observan de vez en cuando a quienes recogen la basura del suelo, y la actitud que muestras en esos momentos fugaces es esencial, una corazonada de esas personas hacia ti puede llevarte a cambiar tu destino. No conozco a nadie que ame recoger vómitos, pero sí sé que hay maneras de motivarse para hacerlo. Hay maneras de amar, y amando hacemos lo que sea por amor.

Hay un lugar en la Iglesia para todos nosotros. Todos podemos servir de manera excelente, y por amor podemos motivarnos a hacer cualquier cosa. A los cuatro meses de convertirme tuve la osadía de decirle a mi pastor que ya podía predicar, ahora sé que entonces aún no podía. Sin embargo me invitaron a la obra social, a cargar cajas, a la escuela dominical y a tomar la escoba. Yo acepté la invitación sin darme cuenta que mi verdadero jefe estaba observando desde el cielo. Y conforme el servicio fue realizado con actos de amor, Dios me hizo enamorarme más de El, derramó de sus dones sobre mí y empezó a llevarme a servir a lugares insospechados. Herman@, cíñete la toalla, los pies están listos. Dios te bendiga.

Guillermo Alías - Escuela de seguirazgo

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