Sunday, February 24, 2019

Cuando nadie se fija (25/02/2019)

1 Samuel 16:11 NTV: "Después Samuel preguntó: —¿Son estos todos los hijos que tienes? —Queda todavía el más joven —contestó Isaí—. Pero está en el campo cuidando las ovejas y las cabras. —Manda llamarlo de inmediato —dijo Samuel—. No nos sentaremos a comer hasta que él llegue."

En mi generación, el jugador más icónico de baloncesto fue Michael Jordan. Lo que pocos saben es que Michael Jordan fue rechazado de su equipo de instituto por ser demasiado bajo. Y a pesar de conseguir entrar al año siguiente, en la universidad el jugador más determinante de su equipo era James Worthy. Nadie apostaba porque ese chico delgado y con mirada desafiante se convirtiera en el mejor jugador de toda una generación capaz de hacer cosas que nadie antes ni después ha logrado hacer. Imagino lo que eso debió suscitar en él mismo que sabía que tenía esos talentos.

El que tuviera que demostrar durante toda su vida lo bueno que era, desarrolló en Michael Jordan una humildad y una capacidad de trabajo incansable. Fue uno de los primeros jugadores de la historia que se construyó en su casa un gimnasio y una cancha cubierta para trabajar todos los días y horas extra que quisiera. Porque cuando tienes un talento innegable para algo pero nadie se fija, tu carácter puede tomar dos caminos, el de la humildad o el de la amargura. El de la humildad no te garantiza el éxito, porque el éxito no depende sólo de nosotros, pero sin duda te garantiza el avance, y la mejora de tus talentos.

Quiero imaginar a David, después de matar a un león o a un oso darse la vuelta y ver que el único publicó que le miraba era un puñado de ovejas. El complejo de David lo han pasado alguno de los grandes hombres de la Iglesia a través de la historia. Lo pasó Timoteo, por su juventud; lo pasó Lutero, por su disidencia; lo pasó Dante Gebel por su falta de formación formal. Pero más que nadie lo pasó Jesús, que los suyos no lo recibieron ni le dieron crédito alguno. No te sientas amargado si ahora mismo nadie se fija en ti, quizás Dios te esté preparando para ser un Jordan en su Reino. Querido lector@, Dios te bendiga.

Guillermo Alías - Escuela de seguirazgo

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